- La UE lucha contra la desinformación y las campañas desde muchos ámbitos
- RTVE combate a la desinformación a través de su unidad de verificación, RTVEVerifica, o con proyectos como IVERES.
David Corral || Este año marcado por las elecciones en todo el planeta, en el que podrán votar más de la mitad de sus habitantes pero no todos en democracias consideradas como tales, la Unión Europea también decide su futuro en las urnas en las elecciones previstas del 6 al 9 de junio. De ellas saldrá un nuevo Parlamento Europeo y, quizá, un nuevo mandato de Ursulsa Von der Leyen, actual presidenta de la Comisión Europea, desde la que se ha trabajado en estos años por el “pacto verde” que ayude a mitigar o frenar el cambio climático, por la competitividad y economía social que beneficie a las familias, por la transición digital o por tener voz y peso en el mundo a través de una política exterior de seguridad y defensa activa. Son cuestiones esenciales que tienen como fin proteger el modo de vida europeo y un asunto más básico o fundamental, la democracia, las democracias en las que vivimos en Europa con derechos y libertades garantizados, al igual que deberes.
En esta cita tan crucial serán determinantes cuestiones como el pronóstico de cambios en las mayorías del Parlamento Europeo, con una cámara más fragmentada con mayor presencia de parlamentario no proeuropeos; el resultado de las elecciones presidenciales estadounidenses que se celebrarán el martes 5 de noviembre; cómo evolucionará la economía de China y el papel que querrá desempeñar la potencia comunista como actor geopolítico; la desestabilización en África con las consecuentes corrientes migratorias; el cambio climático y sus diversos efectos en nuestras vidas o los conflictos abiertos en Ucrania y Gaza, con el desequilibrio que suponen o el cómo determinan la relación de la Unión y sus miembros con Rusia, Israel, el mundo musulmán o Ucrania, país candidato a la adhesión a la UE.
Prioridades: seguridad y defensa
Con la defensa de la democracia como objetivo, y con las prioridades de seguridad y defensa y autonomía estratégica en la agenda, la UE debe hacer frente al desgaste institucional y a la desvinculación de las sociedades de sus instituciones y políticos, cuestiones que se traducen en una grave pérdida de los valores democráticos que son aprovechados, muy activamente, por terceros para generar polarización, división o deslegitimación a través de campañas e injerencias externas que basan su estrategia en la desinformación, actividades que día a día van en aumento en cantidad y precisión por la inestable situación geopolítica.
Tal como se recoge en el “2nd EEAS Report on Foreign Information Manipulation and Interference Threats A Framework for Networked Defence” de enero de 2024, el Servicio Europeo de Acción Exterior detectó, investigó y codificó 750 casos de incidentes de manipulación e interferencia de información extranjera (FIMI – Foreign Information Manipulation and Interference) entre el 1 de diciembre de 2022 y el 30 de noviembre de 2023. Los objetivos de la FIMI son diversos y también afectan a personas no políticas. En la muestra utilizada 149 organizaciones diferentes fueron atacadas, la mayoría de ellas la UE y sus estados miembros, así como la OTAN, pero también diversos medios de comunicación como Euronews, Reuters, Deutsche Welle o el New York Times.
La coordinación entre plataformas es el modus operandi por defecto en los incidentes FIMI. Más de 4.000 canales estuvieron activos 9.800 veces en los 750 incidentes investigados en este informe. Los canales pueden ser sitios web o perfiles, grupos y páginas de redes sociales. Las plataformas más utilizadas fueron Telegram y X (antes Twitter). Sin embargo, se observó actividad de las FIMI en prácticamente todas las demás plataformas grandes, nuevas y de nicho.
Protección de las elecciones
La protección de las elecciones frente a este tipo de acciones, que no son una novedad, comienza meses antes y debe continuar después de la jornada electoral. Los actores de las FIMI empiezan a preparar sus operaciones para atacar con mucha antelación e intensifican gradualmente sus ataques. Organizan un entorno de información alternativo, dirigido a los votantes, los partidos políticos y los candidatos, así como a socavar la confianza en la democracia. Una vez celebradas las elecciones el propósito es sembrar la división poniendo en duda los resultados. La actividad de las FIMI se basa en un ecosistema consistente en la conexión entre diferentes actores, sus “proxies” y activos para implementar una manipulación sostenida. Las respuestas a esta amenaza en red deben estar igualmente bien conectadas en toda la comunidad de defensores a la hora de aplicarlas.
Las FIMI se consideran una amenaza para la seguridad, así como una amenaza para la sociedad y la democracia. Es distinto hablar de opinión o malinformación que de desinformación. En las primeras hay respeto por la libertad de opinión y en la última hay una clara intencionalidad, no siempre legal o ética, en la acción y en el daño que se quiere causar, bien sea silencioso como la pérdida de confianza, o en casos evidentes como fueron los recientes asaltos al Capitolio de EE.UU. o al Congreso en Brasil.
En este contexto fortalecer las defensas y estar en guardia es un requisito previo necesario pero la defensa de las sociedades contra las FIMI significa, ante todo, salvaguardar el espacio público común en el que las ideas pueden formarse libremente y debatirse con imparcialidad. Por ello la UE lucha contra la desinformación y las campañas desde muchos ámbitos, con un amplio repertorio de respuestas y buscando la máxima colaboración institucional y empresarial para que el espacio que puedan ocupar las campañas esté ocupado por información útil y veraz. Es una tarea en la que también están comprometidos medios de comunicación, como RTVE, a través de su unidad de verificación, RTVEVerifica, o con proyectos como IVERES, que trabaja en la creación de una herramienta basada en inteligencia artificial que ayude a detectar informaciones falsas en colaboración con universidades y otras instituciones.
Desde el Parlamento y la Comisión Europea se trabaja en distintas campañas de concienciación y alfabetización mediática, al igual que en redes contra la desinformación en las que se hace seguimiento, análisis, detección y respuesta con el papel fundamental de los verificadores aportando verdad en el debate. Muy activas en esta tarea, tanto en el interior como en el exterior de la Unión, son la Strategic Communication Task Force del European External Action Service (Grupo Operativo de Comunicación Estratégica del Servicio Europeo de Acción Exterior) y la Dirección General de Comunicación, organismo hace análisis detallados sobre tendencias, mantiene conferencias de prensa diarias y el Servicio del Portavoz permite la participación presencial o en línea para periodistas acreditados de forma permanente, además de organizar sesiones informativas y publicar comunicados de prensa (en 24 idiomas), notas de prensa y noticias en diferentes portales.
Europa geopolítica
Para esta Europa geopolítica que busca su autonomía y espacio en el mundo manteniendo su personalidad, una unión competitiva, democrática y respetuosa con los derechos y la privacidad de sus ciudadanos, la verdadera unión y respuesta a estos desafíos se logra a través de un mecanismo que estos meses ha marcado varios hitos mundiales, legislar. Bruselas ha aprobado cuatro significativas normas:
La “Ley de inteligencia artificial”, histórica y pionera mundial, un texto que proteger los derechos fundamentales, la democracia, el Estado de derecho y la sostenibilidad medioambiental frente a la IA que entraña un alto riesgo, impulsando al mismo tiempo la innovación y erigiendo a Europa en líder del sector. El Reglamento fija una serie de obligaciones para la IA en función de sus riesgos potenciales y su nivel de impacto.
La “European media freedom act”, o ley “Anti SLAPP”, que protege a periodistas y medios de comunicación europeos de interferencias políticas o económicas, prohíbe el uso de programas espía contra periodistas (salvo en casos estrictamente definidos) y que debe garantizar la independencia editorial de los medios de comunicación públicos, la transparencia sobre la propiedad de los medios y protegerlos, a los europeos, frente a las grandes plataformas.
Y un conjunto de leyes únicas en el mundo, la “Ley de Servicios Digitales (DSA)” y la “Ley del Mercado Digital (DMA)”. Ambas tienen por objeto crear en la UE un espacio digital más seguro en el que se protejan los derechos fundamentales de los usuarios de servicios digitales y establecer unas condiciones de competencia equitativas para las empresas para fomentar la innovación, el crecimiento y la competitividad, tanto en el mercado único europeo como a escala mundial. Las normas especificadas en la Ley se refieren principalmente a los intermediarios y plataformas en línea como puedan ser las redes sociales, las plataformas de intercambio de contenidos o las tiendas de aplicaciones, entre otras. La DSA incluye normas específicas para plataformas en línea de muy gran tamaño y motores de búsqueda, algunas de las cuales controlan ecosistemas importantes en la economía digital.
Estos modernos guardianes legales han permitido crear un espacio digital seguro, el primero en el mundo, en el que se protegen derechos fundamentales y se garantiza la seguridad de los usuarios frente a ataques como la desinformación y los discursos de odio, situando a la UE en la vanguardia de la defensa y el respeto de los derechos fundamentales y de la democracia como del bienestar de sus sociedades.