- ‘La Desinformación contra la democracia’ debatió sobre la intención del bulo
- Urge actuar contra la agresión al derecho de acceso a la información veraz
Madrid, 23 de marzo, Montserrat Rigall. El debate ‘Desinformación contra la democracia’ fue organizado por la agrupación europeísta del Ateneo de Madrid junto con la Fundación Alternativas. El debate arrancó fuerte el pasado marzo de 2023 en medio de un público intelectualmente inquieto y de todas las edades. La idea de que una fake news es un oxímoron invadió la sala de inmediato. Al fin y al cado, «si es noticia no puede ser falso, y si es falso no puede ser noticia».
Voluntad de herir
Éste fue el punto de partida de un debate sobre la desinformación contra la democracia de dos horas entre los ponentes: David Córdova, editor de Demócrata, un periódico digital centralizado en el tema del Parlamento y de la democracia; Montserrat Rigall, periodista de RTVE, especializada en periodismo móvil e investigadora del proyecto IVERES (inteligencia artificial aplicada a la verificación de noticias falsas); Tomás Rudich, coordinador de verificación de bulos en Neutral; Jordi Pérez Colomé, periodista del País; e Inmaculada Ballesteros, directora de Cultura y Comunicación de la Fundación Alternativas.
Fuera de Europa se habla de disinformation, si hay voluntad de herir, o misinformation si no hay propósito dañino. Aquí sólo hablamos de desinformación.
Montserrat Rigall, periodista de RTVE
Ejemplos de desinformación
Entre los ejemplos de desinformación, se recordó los bulos que pudieron favorecer a la elección del presidente Donald Trump en 2016, procedentes de Veles, en Macedonia del Norte. 140 jóvenes empezaron a divulgar fake news en contra de Hillary Clinton. O en 2017 cuando aparecieron titulares en Facebook afirmando que ‘el Papa apoya a Donald Trump’. Una publicación que fue leída por más de un millón estadounidenses. De repente, tenían 5 millones de likes en la plataforma de Mark Zuckerberg, con los beneficios que ésto suponía. Según Jordi Pérez, «quien generaba las fake news ni siquiera eran organizaciones». Mirando al futuro se hizo mención de la empresa madre de TikTok, originaria de China, que podría mover contenidos tendenciosos de cara a las elecciones de 2024.
Disinformation, misinformation y desinformación
La periodista representante del proyecto IVERES de Rtve-Uab, Montserrat Rigall, reflexionó sobre la necesidad de distinguir entre disinformation, si hay voluntad de herir, o misinformation si no hay propósito dañino. Explicó que en Europa «sólo hablamos de desinformación y bulos sin tener en cuenta el propósito claro de manipular y dañar al organismo, al político, o sacar un beneficio económico». En este sentido, Tomás Rudich, coordinador de verificación de bulos en Newtral, añadió que el término bulo «es más preciso y además es más concreto». Los fact checkers, admitió, «tendemos a ver la desinformación como un fenómeno más general y el bulo la forma concreta que adquiere determinado contenido falso que se ha viralizado en redes sociales o en determinadas plataformas».
Rigall habló del proyecto IVERES, codirigido por RTVE y la Universidad Autónoma de Barcelona, cuyo objetivo es desarrollar mediante herramientas de Inteligencia Artificial un sistema automático o semiautomático de verificación que se adapte a las necesidades de los periodistas. De esta manera, se les facilita la tarea de verificación de la información. Reiteró la importancia de verificar la información desde organismos y medios de comunicación públicos para evitar intereses particulares. Puso de ejemplo la promoción de remedios falsos para desacreditar las vacunas contra la COVID-19 o la guerra rusa contra Ucrania.
La Constitución y el artículo 20
Todos estos casos, según David Córdova, editor de Demócrata, agreden a un derecho fundamental. En el caso de España, el derecho de acceso a la información, reflejado en el artículo 20 de la Constitución. De forma sorprendente, también habla de información veraz. A diferencia de las constituciones de otros países que no lo contemplan de forma explícita. Por eso, para Córdova es apasionante «relacionar desinformación con democracia porque no sólo agrede al derecho de manera subjetiva». Para él, «nos afecta en la toma de decisiones, como puede ser un voto, una consulta pública, etc.»
«La desinformación afecta en la toma de decisiones, como puede ser un voto, una consulta pública, etc.»
David Córdova, editor de Demócrata
La tecnología difunde la mentira de forma masiva
Para Rudich de Newtral, la desinformación es «más que un concepto, un fenómeno que tiene que ver con el auge de las redes sociales». Recordó que «la mentira existe desde hace muchísimas décadas». Una afirmación también apoyada por Inmaculada Ballesteros, directora de Cultura y Comunicación de la Fundación Alternativas: «es una evolución del fenómeno de la propaganda que ha sido utilizada como arma de guerra» pero lo que ha cambiado es esta «escalabilidad exponencial que permiten las tecnologías para una difusión masiva de mensajes que van a encender las pasiones más ocultas de los seres humanos».
El caso del Brexit y de Trump
El vicepresidente de la Fundación Alternativas, Diego López, añadió otros ejemplos de «la industria de la desinformación» como la campaña del Brexit que «fue basada en falsedades» o el caso de Trump para ganar las elecciones, ambods casos en los que intervino Cambridge Analytica, quien creó 60 millones de identidades para poder lanzar mensajes con efecto».
Entre las preguntas de los asistentes, surgió la necesidad urgente de evitar el descrédito constante de determinados organismos víctimas de informaciones «baratas de esparcir» así como también la formación del ciudadano ante este fenómeno para garantizar el ejercicio básico de la democracia que es el voto.